INFORME GLOBAL
2020
El Informe Global presenta el trabajo realizado por ACNUR en 2020 para proteger y mejorar la vida de decenas de millones de personas refugiadas, retornadas, desplazadas internas, apátridas y otras personas de interés. En particular, destaca los logros, los problemas y los desafíos que han enfrentado ACNUR y sus socios a causa de la COVID-19 porque, a pesar de las circunstancias, ACNUR y sus socios continuaron respondiendo a las múltiples crisis y a las crecientes necesidades humanitarias y de desplazamiento.
El Informe Global se complementa con el documento Tendencias Globales, que recoge datos exhaustivos sobre las poblaciones desplazadas por la fuerza.
Un año y una emergencia sin precedentes
Protección y asistencia para 91,9 millones de personas afectadas en 2020
El presupuesto de ACNUR fue de
Se movilizaron
de dólares (USD)
en contribuciones
países y territorios
La COVID-19 ha sido mucho más que una catástrofe sanitaria: hizo patente una nueva dimensión de vulnerabilidad para las personas que se han visto obligadas a huir de sus hogares, lo cual complica la tarea de protegerlas, asistirlas y ayudarlas a regresar a casa o a empezar de nuevo.
La ciudadanía de todo el mundo esperaba ayuda de su gobierno, y se corría el riesgo de que la mayor parte de los 91,9 millones de personas de interés para ACNUR cayeran por alguna grieta en la respuesta. Muchas personas desplazadas ya vivían en situaciones precarias y vulnerables; de hecho, carecían de acceso a atención médica o servicios sociales nacionales, que eran vitales para mitigar los riesgos y el impacto de la pandemia.
COVID-19: una amenaza para la protección, las necesidades básicas y los medios de vida
Cierre de fronteras
En mayo y junio de 2020 se impuso el mayor nivel de restricciones a la circulación: casi 170 countries de los 195 que cerraron sus fronteras total o parcialmente.
Trabajando con las propias mujeres y niñas desplazadas por la fuerza, ACNUR adaptó sus programas, actualizó la orientación y las herramientas en línea, y amplió los mecanismos comunitarios. Asimismo, para quienes ya estaban lidiando con el estrés del desarraigo, la pandemia creó una carga psicológica adicional y aumentó los riesgos de protección, de manera que con frecuencia se interrumpía la atención a quienes ya tenían problemas de salud mental.
2 millones
647.000
personas recibieron apoyo mental y psicosocial en 75 países
1,24 millones
de mujeres y niñas accedieron a servicios de salud sexual y reproductiva
16 millones
de personas accedieron a los servicios de protección
La declaración de la pandemia y la primera declaración de emergencia mundial de ACNUR desencadenaron una enorme reacción. Las operaciones de ACNUR en todo el mundo entraron en acción; para ello, desarrollaron nuevas redes virtuales de apoyo y comunicación, y se replanteó la verificación de la identidad biométrica para que las personas continuaran recibiendo asistencia sin aumentar el riesgo de propagación de la COVID-19.
Con el colapso de los ingresos, muchas personas refugiadas fueron desalojadas y tuvieron que tomar decisiones extremas para sufragar gastos. ACNUR ejerció cierta presión para que los gobiernos incluyeran a las personas desplazadas en los sistemas de salud; además, brindó apoyó a esos sistemas proporcionando equipos y suministros críticos para hospitales y para personal de salud.
64 millones
de cubrebocas médicos (quirúrgicos N95/FFP2) fueron adquiridos
9,89 millones
de personas refugiadas y otras personas de interés recibieron atención médica esencial
5,6 millones
de batas adquiridas
8,57 millones
refude personas refugiadas y otras personas de interés recibieron ayuda en efectivo en 100 países, y el 80% se distribuyó electrónicamente
Mientras la COVID-19 causaba estragos, ACNUR seguía atendiendo a las personas necesitadas
La COVID-19 detuvo muchas cosas, pero el conflicto no estuvo entre ellas. Hubo un número récord de personas desplazadas: fueron desarraigadas por catástrofes climáticas y naturales, y por conflictos antiguos y recientes (en algunos casos, por segunda o tercera vez).
Más allá de su respuesta de emergencia ante la COVID-19, ACNUR se esforzó por mantener programas y actividades vitales para poder salvaguardar los derechos fundamentales, para seguir prestando apoyo y asistencia para salvar vidas, y para perseverar en su labor de búsqueda de soluciones para ofrecer un futuro mejor a las personas afectadas.
9,2 millones
de personas (de 5 años o más) con registros biométricos en PRIMES en 75 operaciones nacionales
5.516
grupos comunitarios recibieron apoyo en todo el mundo
45.974
evaluaciones del interés superior de la niñez
63.200
personas apátridas adquirieron una nacionalidad o la confirmaron
36,2 millones
de dólares (USD) fue el equivalente de artículos de ayuda básicos enviados desde las reservas mundiales a 43 países
58,3 millones
de personas refugiadas, desplazadas internas y apátridas recibieron asistencia contra la COVID-19
Más de 600.000
personas recibieron artículos básicos de ayuda en los países afectados por la emergencia
Más de 150
miembros del personal se desplegaron para apoyar las operaciones con su respuesta
22.800
personas se beneficiaron con el reasentamiento facilitado por ACNUR
1,7 millones
de personas afectadas tuvieron acceso a una fuente de electricidad sostenible
3,3 millones
de personas refugiadas o solicitantes de asilo se beneficiaron de una mayor o más amplia protección social
1,7 millones
de niñas y niños se inscribieron en escuelas de educación primaria
Transformación y financiación
Transformación
La COVID-19 fue tanto una “prueba de resistencia” para el nuevo diseño descentralizado de ACNUR como un acelerador del cambio en los pilares de la transformación, como el rediseño de los recursos humanos y los sistemas de datos, la gestión basada en resultados, la gestión de riesgos, y la respuesta al abuso y acoso sexual. ACNUR mantuvo su respuesta intensificada a las situaciones de desplazamiento interno y adoptó mayores medidas para hacer frente a los efectos del cambio climático en las personas de interés y en sus propias operaciones.
La pandemia también sacudió el contexto en el que se hicieron 1.400 promesas en el Foro Mundial de Refugiados de 2019 y el Segmento de Alto Nivel sobre Apatridia. Sin duda, se emprendieron acciones para cumplir con compromisos, y muchas promesas se adaptaron o aceleraron para apoyar la respuesta a la pandemia.
Financiación
A pesar de los desafíos económicos mundiales que trajo consigo la COVID-19, perseveró la solidaridad hacia las personas refugiadas. Los principales gobiernos de acogida, que a menudo dependen de sistemas de salud frágiles, no dudaron en incluir a las personas refugiadas en sus respuestas sanitarias. Los donantes – gubernamentales y privados – dieron un paso adelante para financiar un gran porcentaje de la respuesta de ACNUR ante la COVID-19.
Los principales donantes del presupuesto de ACNUR fueron Estados Unidos, Alemania y la Unión Europea. Hubo altos niveles de financiación no asignada de donantes como Suecia, Reino Unido y España con ACNUR, el socio nacional de ACNUR en España. De hecho, el sector privado aportó 537,5 millones de dólares (USD), con lo cual superó las proyecciones.
¿Qué sigue?
Esta fue una respuesta sin precedentes en un año sin paragón.
Sin embargo, no se obtuvo financiación para más del 41% del presupuesto de ACNUR basado en necesidades; además, demasiadas personas de interés vieron que no se cubrían ni se cubrirían sus necesidades. A raíz de los conflictos, los desastres climáticos y la COVID-19 atacando también al año 2021, las personas desplazadas y sus comunidades de acogida siguen siendo vulnerables; no obstante, tienen derecho a ser protegidas y asistidas. Las campañas de vacunación apenas comienzan a llegar a las personas refugiadas y a otras personas de las que se ocupa ACNUR. Aunque algunos gobiernos están incluyendo sabiamente a las personas desplazadas en sus planes de vacunación, el acceso a las vacunas corre el riesgo de convertirse en una nueva y peligrosa falla de desigualdad.
ACNUR agradece profundamente que los Estados y comunidades de acogida, los donantes y la ciudadanía hayan mostrado apoyo y solidaridad hacia las personas refugiadas y desplazadas por la fuerza en 2020.
Para obtener más información, ir al sitio Global Focus.
El sitio Global Focus es la principal plataforma de información operativa de ACNUR para donantes. Se actualiza periódicamente y complementa la información del Informe Global con más detalles sobre las operaciones de ACNUR, datos sobre temas y objetivos operativos clave, e información detallada sobre presupuestos, financiamiento y gastos de ACNUR.