Goal Click Refugees: Panamá

Goal Click Refugees: Panamá

© Goal Click/ACNUR/FCC/Ana Morales

Panamá ha dado acogida a alrededor de 13.000 personas refugiadas y solicitantes de asilo que provienen, principalmente, de Colombia, Cuba, El Salvador, Nicaragua y Venezuela. Además de recibir a quienes han sido forzados a huir, Panamá es también un país de tránsito para miles de personas – de África, Cuba, Haití, Venezuela y el Sur de Asia – que cruzan el Tapón del Darién en su trayecto al norte del continente, donde esperan reunirse con su familia o encontrar protección y nuevas oportunidades. ACNUR y sus socios han centrado sus intervenciones en la protección comunitaria, los medios de vida y la asistencia humanitaria, sin dejar de lado, como fuertes componentes, la prevención y la respuesta a la violencia de género, el apoyo psicosocial y la atención a la salud mental de las poblaciones en situación de vulnerabilidad, así como la asistencia jurídica para personas refugiadas y solicitantes de asilo en Panamá. Además de los ejercicios de monitoreo y capacitación que se llevan a cabo con regularidad, junto a gobiernos locales y nacionales, ACNUR brinda ayuda en efectivo y en especie, apoya los medios de vida (con capital semilla), y ofrece capacitaciones vocacionales y de emprendimiento.

*Cifras estimadas en agosto de 2022.

ACNUR y Fútbol con Corazón (FCC), uno de sus socios, promueven la inclusión de la juventud y niñez refugiadas por medio de los deportes y de actividades de concientización en entornos escolares. Estas actividades comunitarias se dan en espacios seguros y cuentan con el apoyo de alianzas público-privadas. En 2019, Fútbol con Corazón compartió su metodología (conocida como Fútbol por la Paz) con el Club de Fútbol Los Ángeles, una organización deportiva y comunitaria que se encuentra en Barrio Colón, en La Chorrera, al oeste de Panamá. Este club de fútbol colabora con la población joven, que suele estar expuesta al consumo de drogas, la violencia de las pandillas, y la explotación o el abuso sexual.

Con la metodología Fútbol por la Paz, los torneos de fútbol constituyen una eficaz herramienta pedagógica, ya que se modifican las reglas convencionales del deporte para garantizar que niñas y niños participen de manera equitativa. En estos espacios se fomenta que quienes integran los equipos resuelvan los conflictos de manera pacífica; asimismo, se promueven valores mediante la autoevaluación y una reflexión positiva. El grupo está integrado por 65 niñas, niños y adolescentes de Colombia, Costa Rica, Nicaragua, Panamá y Venezuela. Los entrenamientos se llevan a cabo en una cancha comunitaria administrada por la Cruz Roja Panameña, otro socio de ACNUR, que también ofrece talleres de primeros auxilios y educación física.

© Goal Click/ACNUR/FCC/Ana Morales

© Goal Click/ACNUR/FCC/Ana Morales

ACNUR y Fútbol con Corazón (FCC), uno de sus socios, promueven la inclusión de la juventud y niñez refugiadas por medio de los deportes y de actividades de concientización en entornos escolares. Estas actividades comunitarias se dan en espacios seguros y cuentan con el apoyo de alianzas público-privadas. En 2019, Fútbol con Corazón compartió su metodología (conocida como Fútbol por la Paz) con el Club de Fútbol Los Ángeles, una organización deportiva y comunitaria que se encuentra en Barrio Colón, en La Chorrera, al oeste de Panamá. Este club de fútbol colabora con la población joven, que suele estar expuesta al consumo de drogas, la violencia de las pandillas, y la explotación o el abuso sexual.

Con la metodología Fútbol por la Paz, los torneos de fútbol constituyen una eficaz herramienta pedagógica, ya que se modifican las reglas convencionales del deporte para garantizar que niñas y niños participen de manera equitativa. En estos espacios se fomenta que quienes integran los equipos resuelvan los conflictos de manera pacífica; asimismo, se promueven valores mediante la autoevaluación y una reflexión positiva. El grupo está integrado por 65 niñas, niños y adolescentes de Colombia, Costa Rica, Nicaragua, Panamá y Venezuela. Los entrenamientos se llevan a cabo en una cancha comunitaria administrada por la Cruz Roja Panameña, otro socio de ACNUR, que también ofrece talleres de primeros auxilios y educación física.

Ana Morales, venezolana de once años

“Empecé a jugar al fútbol aquí, en Panamá, cuando tenía siete años. Mi papá me animó a hacerlo. Mi madre, mi padre y yo dejamos Venezuela en dirección a Panamá para empezar de cero. No sabía nada sobre el fútbol hasta que llegué aquí y me uní al Club de Fútbol Los Ángeles.

Fotografié a mis profesores, compañeros y a mí misma en la cancha. Mi intención era mostrar que disfrutamos estar ahí. También quería mostrar cómo jugamos, cómo calentamos y cuánto disfrutamos la compañía. Mi fotografía favorita es aquella en la que aparece Liorka, mi entrenadora. Su hermana, Claudia, es amiga mía. ¡Es tan divertida!

El fútbol tiene un papel importante en mi vida. Gracias a él, he aprendido muchas cosas, algo que disfruto mucho. El fútbol me enseña distintos valores. Ahora, ansío estudiar y seguir aprendiendo”.

© Goal Click/ACNUR/FCC/Ana Morales

© Goal Click/ACNUR/FCC/Ana Morales

Ana Morales, venezolana de once años

“Empecé a jugar al fútbol aquí, en Panamá, cuando tenía siete años. Mi papá me animó a hacerlo. Mi madre, mi padre y yo dejamos Venezuela en dirección a Panamá para empezar de cero. No sabía nada sobre el fútbol hasta que llegué aquí y me uní al Club de Fútbol Los Ángeles.

Fotografié a mis profesores, compañeros y a mí misma en la cancha. Mi intención era mostrar que disfrutamos estar ahí. También quería mostrar cómo jugamos, cómo calentamos y cuánto disfrutamos la compañía. Mi fotografía favorita es aquella en la que aparece Liorka, mi entrenadora. Su hermana, Claudia, es amiga mía. ¡Es tan divertida!

El fútbol tiene un papel importante en mi vida. Gracias a él, he aprendido muchas cosas, algo que disfruto mucho. El fútbol me enseña distintos valores. Ahora, ansío estudiar y seguir aprendiendo”.

Ysabella Quintero, venezolana de doce años

“He jugado al fútbol desde que tenía nueve años. Llegué a Panamá hace cuatro, junto a mi mamá y mi papá. Dejamos Venezuela debido a la inseguridad y las amenazas que se están dando allá. No jugaba al fútbol antes de venir a Panamá. Tocaba la flauta y formaba parte del coro de la escuela de música. Me gustaría seguir jugando hasta convertirme en profesional, como Deyna Castellanos , que también es de Venezuela. La admiro muchísimo.

Quería que [en mis fotografías] aparecieran mis compañeros del Club de Fútbol Los Ángeles durante un entrenamiento. Fue el primero después de la pandemia. En otras fotografías aparezco solo yo, en casa, por el confinamiento: no podíamos salir a jugar en las canchas. Mi intención era mostrar que siempre podemos entrenar, sin importar las circunstancias ni el lugar. En las fotografías donde estamos jugando, es evidente la alegría que sentimos por habernos encontrado nuevamente, por jugar al fútbol y por poder convivir. En verdad lo necesitábamos.

Gracias a Fútbol con Corazón aprendí a poner mis valores en práctica estando en la cancha. Cuando estoy jugando, siento que libero energía y me emociona mucho poder jugar y entrenar. Gracias al fútbol he hecho amistades nuevas y me he obligado a mejorar y practicar. He aprendido tanto de los fracasos como de las victorias”.

*Deyna Cristina Castellanos Naujenis es una futbolista venezolana profesional que juega como delantera en la máxima liga de fútbol femenino de Manchester City y en el equipo femenino nacional de Venezuela.

© Goal Click/ACNUR/Fútbol con Corazón

© Goal Click/ACNUR/Fútbol con Corazón

Ysabella Quintero, venezolana de doce años

“He jugado al fútbol desde que tenía nueve años. Llegué a Panamá hace cuatro, junto a mi mamá y mi papá. Dejamos Venezuela debido a la inseguridad y las amenazas que se están dando allá. No jugaba al fútbol antes de venir a Panamá. Tocaba la flauta y formaba parte del coro de la escuela de música. Me gustaría seguir jugando hasta convertirme en profesional, como Deyna Castellanos , que también es de Venezuela. La admiro muchísimo.

Quería que [en mis fotografías] aparecieran mis compañeros del Club de Fútbol Los Ángeles durante un entrenamiento. Fue el primero después de la pandemia. En otras fotografías aparezco solo yo, en casa, por el confinamiento: no podíamos salir a jugar en las canchas. Mi intención era mostrar que siempre podemos entrenar, sin importar las circunstancias ni el lugar. En las fotografías donde estamos jugando, es evidente la alegría que sentimos por habernos encontrado nuevamente, por jugar al fútbol y por poder convivir. En verdad lo necesitábamos.

Gracias a Fútbol con Corazón aprendí a poner mis valores en práctica estando en la cancha. Cuando estoy jugando, siento que libero energía y me emociona mucho poder jugar y entrenar. Gracias al fútbol he hecho amistades nuevas y me he obligado a mejorar y practicar. He aprendido tanto de los fracasos como de las victorias”.

*Deyna Cristina Castellanos Naujenis es una futbolista venezolana profesional que juega como delantera en la máxima liga de fútbol femenino de Manchester City y en el equipo femenino nacional de Venezuela.

Explorar la serie

01

Introducción a Goal Click Refugees

02

El fútbol como idioma común en el campamento de Kakuma, Kenya

03

El fútbol: un aglutinante que une en Europa

04

Goal Click Refugees: Jordania y Za’atari

05

Abriendo puertas para niñas afganas en Australia y Austria

06

Un juego que unifica tras el desplazamiento en África

07

Aunque devastado por el conflicto, en el este de Ucrania el fútbol ofrece un camino hacia la esperanza

08

“Me hace sentir libre”: personas desplazadas en España logran aclimatarse gracias al fútbol

09

Enseñando tolerancia a través del fútbol en Ucrania

10

El fútbol, un rompehielos que sirve de bisagra dentro y fuera de la cancha en Australia

11

Goal Click Refugees: Ecuador

12

Goal Click Refugees: Panamá

13

Goal Click Refugees: Venezuela

14

Goal Click Refugees: Quibdó, Chocó, Colombia

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