Goal Click Refugees: Venezuela

Goal Click Refugees: Venezuela

© Goal Click/ACNUR Evelyn Contreras

Como parte de su estrategia de protección con enfoque comunitario, ACNUR Venezuela ha implementado la protección a través del deporte en comunidades a lo largo del país. A través del lenguaje universal del fútbol, hemos creado espacios seguros para la promoción de la cohesión social, la inclusión social y el bienestar psico-social para los miembros de la comunidad, en especial, para mujeres, niños y niñas en riesgo.

ACNUR Venezuela promueve la práctica de deportes a través de la rehabilitación de canchas y otros espacios comunitarios que funcionan como espacios de encuentro para los miembros de la comunidad. ACNUR también ha donado insumos deportivos, tales como uniformes, balones y mallas a las redes de mujeres y jóvenes para promover la práctica de fútbol y otros deportes en las comunidades.

Estas iniciativas contribuyen con la creación de espacios seguros, especialmente para los jóvenes, mujeres, niñas y niños, que refuerzan la cohesión y la inclusión social, aumentan el bienestar comunitario y promueven la inclusión de grupos marginados en las comunidades, incluyendo a miembros de la comunidad LGBTIQ+, a través del juego y compartir mutuo.

A lo largo de los años, los promotores comunitarios con el apoyo de ACNUR han jugado un papel clave en la implementación de actividades deportivas en las comunidades fronterizas y otras comunidades prioritarias en Venezuela, donde los niños y las niñas estén expuestos a la violencia, a los riesgos de protección, al acceso limitado a los servicios de protección de la infancia y a la movilidad de los padres que los deja sin la supervisión de un adulto durante períodos prolongados.

Uno de los promotores comunitarios que han ayudado a ACNUR a implementar su estrategia de deportes para la protección en Venezuela es Leimer Contreras, antiguo jugador de fútbol en Colombia que se trasladó a Venezuela en 2006 y vive en San Antonio, Táchira, y entrena al equipo de fútbol local, del que forma parte su hijo Thiago, de 7 años. Otra es Tibisay Vegas, miembro entusiasta de la Red de Mujeres Malala, en la Gran Caracas. Estas son sus historias.

© Goal Click/ACNUR Evelyn Contreras

© Goal Click/ACNUR Evelyn Contreras

A lo largo de los años, los promotores comunitarios con el apoyo de ACNUR han jugado un papel clave en la implementación de actividades deportivas en las comunidades fronterizas y otras comunidades prioritarias en Venezuela, donde los niños y las niñas estén expuestos a la violencia, a los riesgos de protección, al acceso limitado a los servicios de protección de la infancia y a la movilidad de los padres que los deja sin la supervisión de un adulto durante períodos prolongados.

Uno de los promotores comunitarios que han ayudado a ACNUR a implementar su estrategia de deportes para la protección en Venezuela es Leimer Contreras, antiguo jugador de fútbol en Colombia que se trasladó a Venezuela en 2006 y vive en San Antonio, Táchira, y entrena al equipo de fútbol local, del que forma parte su hijo Thiago, de 7 años. Otra es Tibisay Vegas, miembro entusiasta de la Red de Mujeres Malala, en la Gran Caracas. Estas son sus historias.

Leimer

“Mi nombre es Leimer Contreras (33). Crecí en La Guajira, Colombia, cerca de la frontera con Venezuela. A los 15 años, me mudé a Venezuela y aquí he vivido durante 18 años. Estoy casado y tengo cuatro hijos: José Manuel (17), Juan José (14), Thiago Lionel (7) y Dominic Abraham (6). Jugamos en la cancha de Mi Pequeña Barinas, que fue rehabilitada y acondicionada por ACNUR, como parte de su estrategia de creación de “espacios seguros” en Venezuela. Los espacios de la cancha fueron mejorados y equipados para servir como lugar donde la gente de la comunidad puede reunirse y como un área recreacional para los niños y niñas.

Estas fotos muestran la pasión con la que se vive el fútbol en este país. La práctica del futbol debe ir más allá del mero disfrute del juego. Yo quiero compartir mi amor por el fútbol, mientras que hago una contribución significativa a la comunidad que nos acogió a mi madre y a mí cuando más lo necesitábamos. Esa es la razón por la que decidí entrenar a niñas y niños”.

© Goal Click/ACNUR Leimer Contreras

© Goal Click/ACNUR Leimer Contreras

Leimer

“Mi nombre es Leimer Contreras (33). Crecí en La Guajira, Colombia, cerca de la frontera con Venezuela. A los 15 años, me mudé a Venezuela y aquí he vivido durante 18 años. Estoy casado y tengo cuatro hijos: José Manuel (17), Juan José (14), Thiago Lionel (7) y Dominic Abraham (6). Jugamos en la cancha de Mi Pequeña Barinas, que fue rehabilitada y acondicionada por ACNUR, como parte de su estrategia de creación de “espacios seguros” en Venezuela. Los espacios de la cancha fueron mejorados y equipados para servir como lugar donde la gente de la comunidad puede reunirse y como un área recreacional para los niños y niñas.

Estas fotos muestran la pasión con la que se vive el fútbol en este país. La práctica del futbol debe ir más allá del mero disfrute del juego. Yo quiero compartir mi amor por el fútbol, mientras que hago una contribución significativa a la comunidad que nos acogió a mi madre y a mí cuando más lo necesitábamos. Esa es la razón por la que decidí entrenar a niñas y niños”.

Thiago

“Soy Thiago (8) y juego al fútbol desde los 3 años. Ahora mi padre es mi profesor y me ayuda mucho con mi entrenamiento en el fútbol. Los niños en estas fotos son mis compañeros y amigos de diferentes escuelas de fútbol, que jugaron en un pequeño torneo que realizaron en la comunidad de Llano Jorge en San Antonio del Táchira, para ayudarnos en el deporte.

En mis fotos he intentado mostrar muchas cosas. El apoyo a los niños, el esfuerzo por salir adelante. El trabajo que se requiere para alcanzar sus metas, y cómo la comunidad trata de ayudar para que los jóvenes no se pierdan en la calle. Un niño más en el campo es un niño menos en la calle.

El fútbol es muy importante para mí. He jugado en lugares a los que muchos sólo pueden soñar con llegar. Gracias a mis padres, practico este hermoso deporte y espero llegar a ser profesional. Quiero ser profesional, pero sólo Dios lo sabe, y pongo mi futuro en sus manos”.

© Goal Click/ACNUR Thiago Motta

© Goal Click/ACNUR Thiago Motta

Thiago

“Soy Thiago (8) y juego al fútbol desde los 3 años. Ahora mi padre es mi profesor y me ayuda mucho con mi entrenamiento en el fútbol. Los niños en estas fotos son mis compañeros y amigos de diferentes escuelas de fútbol, que jugaron en un pequeño torneo que realizaron en la comunidad de Llano Jorge en San Antonio del Táchira, para ayudarnos en el deporte.

En mis fotos he intentado mostrar muchas cosas. El apoyo a los niños, el esfuerzo por salir adelante. El trabajo que se requiere para alcanzar sus metas, y cómo la comunidad trata de ayudar para que los jóvenes no se pierdan en la calle. Un niño más en el campo es un niño menos en la calle.

El fútbol es muy importante para mí. He jugado en lugares a los que muchos sólo pueden soñar con llegar. Gracias a mis padres, practico este hermoso deporte y espero llegar a ser profesional. Quiero ser profesional, pero sólo Dios lo sabe, y pongo mi futuro en sus manos”.

Tibisay

“Mi nombre es Tibisay María Vegas Saltarín (32), soy promotora comunitaria en la comunidad de El Cafetal en El Junquito, Gran Caracas. En la «Red de Mujeres Malala» identificamos casos de personas en situación de vulnerabilidad y los remitimos a ACNUR y a sus organizaciones asociadas para que les ayuden.

Empecé a jugar al fútbol cuando buscaba una actividad que me ayudara a superar un periodo de depresión tras la pérdida de mi madre, que me afectó mucho. Las mujeres y los jóvenes vecinos de la comunidad, junto con el coordinador deportivo del campo local, me invitaron a jugar al fútbol para animarme a probar algo diferente. Así que, junto con otras jóvenes de la comunidad y con el apoyo del coordinador deportivo, formamos un equipo de fútbol femenino. Enviamos un mensaje claro a la sociedad: Que el fútbol no es sólo para hombres, y que las mujeres también pueden jugar al fútbol y hacerlo bien”.

© Goal Click/ACNUR Claudia Uribe

© Goal Click/ACNUR Claudia Uribe

Tibisay

“Mi nombre es Tibisay María Vegas Saltarín (32), soy promotora comunitaria en la comunidad de El Cafetal en El Junquito, Gran Caracas. En la «Red de Mujeres Malala» identificamos casos de personas en situación de vulnerabilidad y los remitimos a ACNUR y a sus organizaciones asociadas para que les ayuden.

Empecé a jugar al fútbol cuando buscaba una actividad que me ayudara a superar un periodo de depresión tras la pérdida de mi madre, que me afectó mucho. Las mujeres y los jóvenes vecinos de la comunidad, junto con el coordinador deportivo del campo local, me invitaron a jugar al fútbol para animarme a probar algo diferente. Así que, junto con otras jóvenes de la comunidad y con el apoyo del coordinador deportivo, formamos un equipo de fútbol femenino. Enviamos un mensaje claro a la sociedad: Que el fútbol no es sólo para hombres, y que las mujeres también pueden jugar al fútbol y hacerlo bien”.

“Las fotos fueron tomadas en la cancha de la comunidad de El Cafetal. Creo que los jóvenes que aparecen en estas fotos representan al futuro. El fútbol los ayuda a continuar con sus vidas.

Durante nuestras prácticas incluimos a nuestros hijos, porque todas nosotras somos madres. Cuando jugamos fútbol mostramos un ejemplo a nuestros hijos, de que practicar un deporte es algo bueno que llena tu vida y te protege de andar de ocioso, manteniéndote alejado de peligros y vicios.

El fútbol para mi es vida. Para mí y para cualquier otro ser humano, es vida y es disciplina”.

© Goal Click/ACNUR Yuramisel Tinoco

© Goal Click/ACNUR Yuramisel Tinoco

“Las fotos fueron tomadas en la cancha de la comunidad de El Cafetal. Creo que los jóvenes que aparecen en estas fotos representan al futuro. El fútbol los ayuda a continuar con sus vidas.

Durante nuestras prácticas incluimos a nuestros hijos, porque todas nosotras somos madres. Cuando jugamos fútbol mostramos un ejemplo a nuestros hijos, de que practicar un deporte es algo bueno que llena tu vida y te protege de andar de ocioso, manteniéndote alejado de peligros y vicios.

El fútbol para mi es vida. Para mí y para cualquier otro ser humano, es vida y es disciplina”.

Explorar la serie

01

Introducción a Goal Click Refugees

02

El fútbol como idioma común en el campamento de Kakuma, Kenya

03

El fútbol: un aglutinante que une en Europa

04

Goal Click Refugees: Jordania y Za’atari

05

Abriendo puertas para niñas afganas en Australia y Austria

06

Un juego que unifica tras el desplazamiento en África

07

Aunque devastado por el conflicto, en el este de Ucrania el fútbol ofrece un camino hacia la esperanza

08

“Me hace sentir libre”: personas desplazadas en España logran aclimatarse gracias al fútbol

09

Enseñando tolerancia a través del fútbol en Ucrania

10

El fútbol, un rompehielos que sirve de bisagra dentro y fuera de la cancha en Australia

11

Goal Click Refugees: Ecuador

12

Goal Click Refugees: Panamá

13

Goal Click Refugees: Venezuela

14

Goal Click Refugees: Quibdó, Chocó, Colombia

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